Casos prácticos
Bruselas, la capital de Bélgica, implementó un límite de velocidad de 30 km/h en enero de 2021, junto con controles de tráfico. En el mismo año de su introducción, los accidentes mortales se redujeron a la mitad y los accidentes con lesiones graves disminuyeron en una quinta parte.
En Finlandia, la ciudad de Helsinki optó, ya en 2004, por zonas de 30 km/h en el centro de la ciudad y algunas áreas residenciales, acompañadas de un control exhaustivo de la velocidad. En 2019, la normativa se extendió a prácticamente toda el área urbana, y fue el primer año con cero muertes de peatones o ciclistas, en línea con la iniciativa Vision Zero.
En Edimburgo, Escocia, el número de accidentes de tráfico por carretera disminuyo en un 40 % tras la introducción de un límite de velocidad de 32 km/h, mientras que la mortalidad por accidentes de tráfico se redujo un 33 %. También se aplicaron otras medidas complementarias como el control automatizado de la velocidad.
Un último ejemplo de los EE. UU.: En 2021, cuando se redujo el límite de velocidad a 32 km/h en cincos distritos de Nueva York (Bronx, Brooklyn, Manhattan, Queens y Staten Island), el número de heridos por accidente de tráfico se redujo en un 14 % y el de ocupantes de vehículos heridos, en un 31 %. Desde 2022, los límites de velocidad se monitorizan las 24 horas del día. Las investigaciones realizadas muestran que esta medida preventiva redujo las infracciones de velocidad en un 72 %.
Los límites de velocidad de 30 km/h en zonas urbanas son una medida razonable para lograr un tráfico más eficiente y seguro. Sin embargo, resulta crucial el cumplimiento de dichos límites.
Gracias a los sistemas de medición de la velocidad de VITRONIC, las zonas de 30 km/h se pueden monitorizar de manera eficiente para proteger vidas y garantizar una mayor seguridad para todos los usuarios de la vía pública.