Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer, este año dedicado a “mujeres en cargos directivos de profesiones masculinizadas”, aprovechamos la ocasión para realizar algunas preguntas sobre este tema a Ausilia Zonca, del departamento de fabricación. Ausilia lidera el equipo de fabricación de VILIDAR en VITRONIC desde hace 3 años.
Con actualmente alrededor de un 17 % de empleadas, el departamento de fabricación se ha situado en la media de VITRONIC. Sin embargo, la formación es este área es bastante inusual para una mujer. ¿Cómo llegaste a esta oportunidad laboral?
Cuando era pequeña me gustaba jugar con bloques de construcción o Lego. Cualquier cosa que se pudiera construir o montar me parecía mucho más interesante que jugar con muñecas. Además, mi padre, que también era un manitas, nos influyó mucho de niños. Bajo su supervisión, a la edad de 10 años ya soldaba placas de circuitos y me llevaba al taller de coches a ayudar con las reparaciones.
Para mi, la única profesión que podía considerar era alguna relacionada con el trabajo manual. Así que, a la edad de 15 años, empecé a formarme como técnico de electrónica de comunicaciones en el campo de la tecnología de la información. Esta formación ya no existe de forma estrictamente manual. Ahora es comparable a la formación cómo técnico de electrónica de dispositivos y sistemas. Después de estos años, sigo contenta con mi decisión. La profesión sigue siendo interesante gracias a los retos que presenta.
¿Los comienzos fueron difíciles siendo una mujer?
20 years ago, it was not easy for women in this professional field. In the company where I did my training, I was the only female apprentice in this field. There were no mHace 20 años, este campo no se lo ponía fácil a las mujeres. En la empresa donde realicé mi formación era la única aprendiz chica. Y seguí siéndolo en esta profesión durante los 18 años siguientes. Además, del aproximadamente millar de aprendices, solo dos chicas más fueron al instituto conmigo en Mainz. Sin duda, había algunos desafíos. Por ejemplo, no había aseos para chicas en la zona del instituto para construcción de armarios de distribución. Tenías que andar un buen trecho para encontrar los lavabos de mujeres. Otro problema era mi número de pie. Era complicado encontrar botas de seguridad de la talla 36. Mi padre tuvo que llevarme a una tienda concreta especializada en ropa de trabajo que pudo comprar exactamente un par de botas de mi número.
Empecé formándome como aprendiz cuando tenía 16 años, cuando aun no tenía mucha experiencia con las bromas entre chicos y sus dinámicas de grupo. Así que tuve que aprender rápido a curtirme y pararles los pies a mis compañeros con este asunto. En esa época pasé por muchas cosas, y es que los límites entre los comentarios inofensivos y los que dejan de tener gracia se difuminan rápidamente. También me encontraba con situaciones en las que me hubiera gustado contar con una mujer como persona de contacto en la empresa o en el lugar de formación. Hoy día las cosas son muy distintas, por suerte. Es posible que las chicas oigan alguna cosa inapropiada de vez en cuando, pero no hay comparación con lo que era antes. Dicho esto, ser mujer en una profesión eminentemente masculina también tiene ventajas. Por supuesto, es necesario tener conocimientos especializados y hacerse valer. Entonces, las puertas están abiertas para ti. Tan solo hay que tener el valor de atravesarlas.ore in this profession in the 18 years that followed. In addition, out of what felt like 1,000 trainees, two more girls attended school in Mainz with me. There were certain challenges. For example, there were no toilets for girls in the school area of switch cabinet construction. You then had to go a long way to find a toilet for women. Another problem was my shoe size. Work safety shoes were hard to find in size 36. My father had to drive me to a specialist workwear store further away where they could buy exactly one pair of shoes my size.
I started my apprenticeship when I was 16, when I was still quite inexperienced in terms of men’s banter and group dynamics among men. I then had to learn quickly to acquire a thick skin and how to quickly take the wind out of the sails of my male colleagues in this regard. I experienced a lot back then, the boundaries between harmless and ‘no longer funny’ quickly blur. And there were situations where I would have liked to have a female contact person in the company or training place. Nowadays much has been changed. And that's just as well. Maybe the girlshave tolisten to a line here or there, but it feels like it's no comparison to how it used to be. That being said, there are also advantages tobeinga woman in male-dominated professions. Of course, you must have specialist knowledge and assert yourself. Then the doors are open to you. You just must have the courage to go through them.
¿Qué hiciste después de tu formación como aprendiz?
Después de acabar la formación con 19 años, trabajé como técnica en el área de fabricación de la misma empresa. Cuatro años más tarde, me encargué de dirigir un pequeño equipo para la producción de dispositivos en serie. Con cifras elevadas de hasta 30.000 dispositivos al año, el objetivo principal era la gestión del tiempo. Para poder optimizar los procesos de trabajo, cada movimiento tiene su importancia. Después de 10 años en el área de fabricación, me dediqué al diseño durante cuatro años. Entre otras cosas, diseñaba accesorios electrónicos en el plano de circuitos, creaba listas de piezas y preparaba y conseguía ofertas para los clientes. Era un área completamente distinta e increíblemente interesante porque me ayudó a aumentar mi conocimiento del producto. Aprendí lo que significa que el material no pueda ser entregado o lo que define la duración de las fechas de entrega, lo que es sencillo de pedir y lo que no. Todo esto me ayudó a tener una buena perspectiva de las interconexiones de los procesos.
¿Cómo llegaste a VITRONIC?
Después de pasar cuatro años en diseño, me di cuenta de que un trabajo puramente de oficina no era el puesto adecuado para mí, así que empecé a buscar otro trabajo. Entonces me topé con un anuncio de empleo de VITRONIC.
Ofrecían un puesto de trabajador especializado y otro de responsable de equipo en fabricación.
Postulé para el de trabajador especializado porque no me atreví a solicitar directamente el de responsable de equipo. Primero quería entrar en la empresa y aprender de cero, ese era el plan. Durante la entrevista con Dirk Reichpietsch y Harald Winkowski, enseguida se hizo evidente que ambos habían preparado la entrevista con el aspirante a responsable de equipo, mientras que yo estaba preparada para la entrevista de trabajador especializado. Cuando se aclaró el malentendido, Dirk preguntó: “¿Y qué hacemos ahora?” De forma espontánea, respondí: “Ya que estamos, hagamos la entrevista para responsable de equipo”. Así que, al final, gracias a una feliz coincidencia, me armé de valor y me contrataron inmediatamente como responsable de equipo.
¿Cuáles han sido los principales retos a los que te has enfrentado como responsable de equipo hasta el momento?
Por supuesto, fue un reto familiarizarme con la empresa y asumir tareas de gestión de forma simultánea. Sobre todo durante el primer año. En ese momento, el equipo estaba formado por siete personas. Tuve que familiarizarme con el producto, los procesos, los compañeros y, al mismo tiempo, integrar mi estilo de liderazgo. He aprendido muchísimo sobre la formación de equipos. Mientras tanto, el equipo ha crecido hasta tener 14 trabajadores. En el último año, el producto ha experimentado un crecimiento del 93 %. Otro reto importante fue la introducción y la coordinación del trabajo por turnos.
Sobre este aspecto, tengo que felicitar a todo el equipo.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Me encanta el trabajo manual, todo lo que implique usar las manos. Cuando llevo varias semanas resolviendo problemas, organizando temas y corriendo de un lado para otro, suelo sentarme durante un par de horas para “relajarme“ ayudando en tareas de producción. Esto me hace sentir bien y así puedo volver a estar disponible para mis tareas y el personal con energía renovada.
¿Es distinto el trabajo con hombres del trabajo en grupos mixtos?
Sí. (Risas)
Los hombres y las mujeres nos comunicamos de forma distinta. Según mi experiencia, los mejores equipos son los mixtos.
Hablando de equipos, la motivación de tu equipo es muy alta, tal como confirman los propios empleados. ¿Cómo se consigue esto?
El espíritu de equipo en estos momentos es realmente excelente. Y estoy muy orgullosa de ello. Ahora mismo en el equipo tenemos un 50 % de mujeres y un 50 % de hombres. Nos apoyamos entre nosotros de diversos modos.
También trabajamos para mantener la armonía dentro del equipo. Si percibo alguna cosa, indago sobre ello. El equipo también me dice directamente si hay algo que les molesta. Si hay algún asunto que no puedo resolver, les recuerdo que si tienen un problema o un problema conmigo, también pueden tratarlo con un supervisor en cualquier momento. Yo espero que seamos respetuosos y honestos entre nosotros e intento predicar con el ejemplo.
En realidad, por mí que todo siga igual. En relación con la empresa, disfrutamos de grandes ventajas. He tenido y he escuchado experiencias totalmente opuestas... (en otras empresas).