Las mejores características de los sistemas DSRC y RFID son su calidad y rendimiento. Las etiquetas DSRC o RFID personalizadas se colocan en los vehículos para que puedan leerlas los receptores instalados en los puntos de entrada y salida de la zona de tarificación, o dentro de la zona si es preciso.
Los datos se recopilan centralmente y se cobra al cliente lo que corresponde. El equipo necesario en carretera es equiparable al de los sistemas de peaje abierto de flujo libre, aunque con una tasa de detección por imagen capturada superior. Pueden utilizarse puntos de tarificación móviles, semiestacionarios y fijos para asegurar la aceptación popular. El sistema no captura los vehículos sin etiqueta, por lo que también deben realizarse controles en puntos seleccionados.